Experiencias de vida.

Parecía que fue ayer, cuando me desperté a las seis en punto, me bañe, me vestí. La panza ya casi me hablaba de tantos nervios, no podía parar de ir de esquina a esquina, hacerme el peinado perfecto, vestirme con la ropa adecuada. Mi primer día de secundaría. Estaba tan ilusionada, como si fuera algo único, y si que lo es! Después del primer día, ya era algo cotidiano, pero diferente. Estabamos acostumbrados a ser los más grandes, a tener el control de todo y sentir que nuestro egreso iba a ser genial, a un mundo nuevo y sencillo. Pero no era así! Pensabamos que todo lo que teníamos a nuestro alcanze en el 2007 era nada, cosas que no importaban, profesoras que nos parecían exigentes, y muchas cosas más. Qué equivocados estuvimos! No supimos disfrutar, llegar cada tarde y tener una profesora como las que teníamos, pensabamos que eran lo peor de lo peor... ¿Y ahora qué? Ahora llegamos, y somos los más chicos, los más cuestionados y los más observados, algunos parecen chicos, otros somos similares a gente más grande. Uno más maduro, otro menos... pero somos todos iguales, o al menos casi iguales.
Nuestras vidas dieron un gran vuelque, no somos los mismos, no pensamos igual que hace cinco meses atras, no tenemos los mismos gustos ni tampoco los mismos pensamientos, pero aún así, en el fondo, muy en el fondo, seguimos siendo una gran union no tan unida, un grupo de compañeros y amigos que, a pesar de todo, forman parte de una vida, de 34 vidas.